Urna prehispánica en la que descansan las cenizas de Frida
En esta urna prehispánica descansan las cenizas de Frida. Dos años después de su muerte, Diego le dedica una de sus obras con unas cariñosas palabras:
"A la niña Fridita Kahlo, la maravillosa […] a dos años que duerme en cenizas viva en mi corazón".
Viva la Vida, (1954), último cuadro que Frida interviene antes de morir
Frida pinta estas icónicas sandías alrededor de 1950. Años después, y pocos días antes de su muerte, agrega la frase con la cual quiso ser recordada: Viva la Vida.
© D.R. Banco de México, Fiduciario en el Fideicomiso relativo a los Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
Autorretrato (con traje de terciopelo), (1926), primer autorretrato de Frida
Frida dedica este primer autorretrato a su novio Alejandro Gómez Arias. Antes de regalárselo, le toma esta fotografía, que colorea con los mismos matices que tiene la versión en tela. Con esta imagen fotográfica, Frida registra los inicios de su carrera como artista.
© D.R. Banco de México, fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
Naturaleza muerta, (1942) obra y marco llenos de simbolismos
A principios de los años 40, el entonces presidente de México encarga a Frida un bodegón. La artista manda a tallar el marco, que representa una matriz. El cuadro resulta demasiado sugerente para la Primera Dama y la obra regresa a la Casa Azul.
© D.R. Banco de México, fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
Retrato de mi padre, Guillermo Kahlo, (1952), obra que Frida realiza a partir de una fotografía de su padre cuando era joven
El padre de Frida padece epilepsia. En esa época, este padecimiento del sistema nervioso constituye una verdadera discapacidad. De Guillermo, Frida aprende a lidiar con un cuerpo que funciona con tropiezos. Años después del fallecimiento de su padre y como homenaje, la artista le dedica este retrato.
© D.R. Banco de México, fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
Mi familia (inconcluso), (1949), obra que ilustra la herencia alemana y la ascendencia indígena de Frida
En este retrato, Frida recrea su árbol genealógico y manifiesta el orgullo por la diversidad de su origen étnico. El amor a México es uno de los rasgos distintivos de la artista, tanto en su apariencia física como en su obra.
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Diario de Frida Kahlo, (1944-1954), en donde escribe frases como esta: “Se equivocó la paloma. Se equivocaba…”
Frida llena su Diario con pensamientos espontáneos y frases honestas como esta, en la que alude a la amputación de su pierna derecha. A cambio, en el dibujo se dota de alas para volar cuando ya no pueda caminar.
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Corsé de yeso en el que Frida dibuja una columna griega representando su propia columna vertebral
Frida dibuja en este corsé una columna jónica resquebrajada, aludiendo a su fragilidad física. Este gesto refleja cómo prevalecen, durante sus muchas convalecencias y a pesar del dolor, la creatividad, el sentido del humor y la honestidad de la artista.
© D.R. Banco de México, fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
Corsé de yeso, intervenido por Frida con espejos y con el símbolo del Partido Comunista,(c. 1941)
No todos los corsés postoperatorios que usa Frida tienen la misma forma; este cuenta con una abertura en el centro, posiblemente diseñada para dejar respirar la piel. Frida incorpora los espejos -elementos que usa tanto-, así como el símbolo del martillo y la hoz, que evidencian su afiliación política.
© D.R. Banco de México, fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
Prótesis metálica de pierna derecha, pieza intervenida por Frida, 1954
Frida usa esta prótesis desde 1953, cuando es necesario amputarle la pierna derecha por causa de la gangrena. Decorada a su gusto, la prótesis tiene un diseño muy moderno para la época. Días antes de la cirugía, Frida escribe en su Diario:
"Ojalá y pueda, ya caminando, dar todo el esfuerzo que me queda [...]".
Resplandor rosa, pieza que usan las mujeres tehuanas como accesorio distintivo del traje típico oaxaqueño
Este resplandor o tocado que luce Frida en retratos y fotografías es utilizado por las mujeres tehuanas en ocasiones especiales. Este huipil de cabeza, como también se le llama, focaliza la atención en el rostro de las mujeres tehuanas y es uno de los accesorios más distintivos de la indumentaria istmeña.
Huipil de algodón bordado a máquina con puntada de cadeneta; falda de algodón estampada, con bordado y holán
El corte ancho y cuadrado de esta blusa oaxaqueña -llamada huipil- le da a Frida la comodidad necesaria para poder usar por debajo los corsés ortopédicos con los que sostiene su columna tantas veces intervenida.
Huipil de terciopelo bordado a máquina con puntada de cadeneta; falda de algodón estampada con motivos florales y con holán
A los seis años, Frida sufre poliomielitis. Como consecuencia, su pierna derecha es más delgada y corta. Las faldas largas de los trajes tradicionales mexicanos le permiten ocultar esas asimetrías de su cuerpo. Sin embargo, Frida comprende el poder del vestuario como identidad, más allá de disimular problemas físicos.
Abrigo guatemalteco de algodón; huipil mazateco y falda larga y lisa
Frida desarrolló una preferencia por los atuendos tradicionales no solo mexicanos, sino de orígenes diversos, como lo muestra este abrigo guatemalteco. Esta prenda multicolor enmarca su cuerpo entero, dándole una fuerte presencia y haciéndola parecer más robusta.
Zapatos negros, el derecho intervenido después de la amputación de algunas falanges en los dedos de ese pie
Frida sufre una persistente debilidad de su pierna derecha, debida primeramente a la poliomielitis infantil, agravada por el accidente que sufre a los 18 años y que le causa once fracturas. Cuatro años antes de morir, en 1950, deben amputarle dedos del pie derecho. Este zapato intervenido da cuenta de ello.
Torzal de oro, probablemente diseñado por Frida a partir de piezas independientes
Este torzal de oro macizo está compuesto por distintos colgantes de orígenes diversos. Frida los combina como un solo collar, ya que su creatividad alcanza todo lo que toca, desde su ropa hasta su joyería. Así, Frida suele crear nuevos accesorios con diferentes adornos que recibe como obsequio.
Anillos elaborados en distintos materiales
El estilo que Frida se construye incluye sus manos. En varias fotografías, aparece luciendo múltiples anillos y unas uñas llamativamente pintadas de un rojo intenso.
Collares prehispánicos, joyas maestras de la orfebrería precolombina
Este collar del guardarropa de Frida está elaborado en jade, una piedra ornamental especialmente significativa para la cultura mesoamericana. Diego obsequia estas joyas prehispánicas a la pintora pues ambos admiran la maestría de los orfebres y artistas precolombinos.
Pulsera de plata con incrustaciones de piedra
El cuerpo delgado y ligero de Frida se ve robustecido por estos pesados brazaletes, que subrayan su personalidad. De esta manera, la artista dirige la atención del observador hacia las áreas de su cuerpo que ella quiere destacar.
Listones con los que Frida se decora el cabello
Frida suele arreglar su cabello en dos trenzas recogidas, una a cada lado de su cabeza. En ocasiones especiales, las une en la parte superior de la cabeza y las adereza con listones. Este tocado aumenta su altura y parece coronarla ceremoniosamente.
Cama con espejo, que la madre manda colocar en el dintel después del accidente para que Frida pueda retratarse
La cama de Frida es una de las piezas más importantes de nuestra colección en la Casa Azul. En su cama la artista pasa momentos cruciales: ahí es donde, en 1913, se recupera de la poliomielitis; en 1925 convalece del accidente en autobús y en las primeras horas del 13 de julio de 1954, muere.
Caballete, regalo del millonario estadounidense Nelson A. Rockefeller
En 1930, Diego y Frida viven en Nueva York. Mientras Rivera diseña el mural del Centro Rockefeller, la joven Frida pinta en silla de ruedas. Nelson Rockefeller, hijo de John D. Rockefeller, el magnate que ha encargado el mural del Centro Rockefeller, decide regalarle a Frida un caballete especial para personas con movilidad limitada.
Escultura hecha con piezas de metal, alas de mariposa y elementos decorativos en miniatura
Esta interesante escultura en pequeño formato está compuesta por el ensamblaje de varias figuras en miniatura. Es una de las piezas de la colección que destaca por su diseño moderno y personalizado, y es resultado de una creación individual.
Teatrino, juguete creado por Frida a partir de madera, tela y alambre
Siempre creativa, la artista juega con este teatro en miniatura durante la convalecencia de sus múltiples cirugías. Frida también inventa historias que representa para entretener a sus queridos sobrinos, Isolda y Antonio, hijos de Cristina, quienes visitan a la pintora con frecuencia.
Relojes de cerámica intervenidos por Frida Kahlo
Estos relojes ornamentales son intervenidos por Frida, para indicar la fecha en que se divorcia de Diego, en 1939, así como el día y la hora en que vuelven a casarse:
“8 de diciembre de 1940, a las once”. De una manera original, la artista documenta dos momentos decisivos en su vida personal.
Microscopio
Desde pequeña, Frida usa este microscopio. La artista hace paseos con su padre y regresa cargada con plantas e insectos que después observa bajo esta lente. Ya adulta, la ocupa para observar tejidos celulares con los que ilustra algunas de sus pinturas, como en el fondo de
Retrato de mi padre, Guillermo Kahlo, (1952).
Colección de mariposas, regalo del escultor Isamu Noguchi
Varias mariposas de este insectario son Xerces azul (
Glaucopsyche xerces), originarias de California y extintas desde 1941. Esta peculiar colección de lepidópteros es un obsequio del escultor estadounidense Isamu Noguchi, quien se las regala a Frida.
Árbol candelero, pieza de barro modelado y moldeado, con pastillaje y policromado en frío
Esta pieza, atribuída a Aurelio Flores, es muestra del arte popular de Izúcar de Matamoros, Puebla, (c. 1940).
Los árboles de la vida generalmente ilustran la dualidad de ésta, o también la relación del hombre con la naturaleza. Estos temas -la dualidad y la interacción entre fauna, flora y ser humano- de igual manera están presentes en la obra de Frida.
Figura de barro que representa una celebración popular
Frida y Diego decoran su casa con una gran variedad de piezas de arte popular. En especial, gustan de las piezas que hablan de la vida cotidiana y festiva del mexicano. Por ello las celebraciones populares y las tradiciones que se transmiten de generación en generación están vivamente representadas en las piezas que Frida y Diego atesoran.
Plato de barro con las figuras de Frida y Diego
Frida y Diego hacen una distinción entre el arte popular, esencialmente ornamental, y la artesanía, mayoritariamente funcional. Admiran ambas expresiones por igual, tanto así que aparecen retratados en este plato de barro, que forma parte de la decoración de su casa.
Enrique F. Gual, 100 dibujos de Diego Rivera, Ediciones de Arte, México, 1949
Este libro se edita, en su mayoría, con los dibujos de Rivera que Frida colecciona. Diego dedica este volumen a su
“niña Fisita Kahlo de Rivera con todo el amor […]”.
Catálogo de la exposición Mexique, realizada en París en 1939
En 1939, Frida participa en una exhibición colectiva en París, al lado de grandes artistas, como el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo. El catálogo de esta histórica muestra forma parte de nuestro acervo en la Casa Azul. Con motivo de esa exhibición, el gobierno francés le compra a Frida el
autorretrato El marco, que actualmente integra la exposición permanente del Centro Pompidou.
Juguetero, mueble que resguarda piezas como muñecas y miniaturas
Frida colecciona todo tipo de figuritas: muñecas de tela o de palma, piezas de cerámica, listones y en especial miniaturas: animalitos, pequeños cántaros de metal... Algunas de estas piezas aparecen ilustradas en sus pinturas; otras, las integra a su teatrino de títeres; varias más las comparte con sus sobrinos. Frida resguarda sus pequeños tesoros en este, su juguetero.
Trastero, mueble que exhibe piezas de arte popular en cerámica y vidrio
Cuando Frida y Diego diseñan y pintan la Casa Azul, la artista cambia los muebles de estilo europeo que decoraban los espacios de su infancia, por mobiliario popular mexicano. Este trastero evidencia la coherencia estética de su elección, y exhibe tesoros de arte popular que coleccionan ambos artistas.
Pieza prehispánica en forma de perrito que acompaña las cenizas de Frida, en su altar
Una de las mascotas preferidas de Frida es Señor Xólotl, un perrito xoloitzcuintle. De acuerdo con la tradición mexica, estos animales guían a los difuntos en el camino al inframundo. Por eso está presente en el tocador que usaba Frida y que ahora hace las veces de altar donde descansan sus cenizas.
Chicomecóatl, pieza en piedra basáltica que representa a la diosa del maíz y la fecundidad
Frida y Diego admiran el arte prehispánico, que Rivera colecciona asiduamente al punto de juntar más de 60 mil piezas. Así, en el jardín de la Casa Azul, los artistas instalan esculturas precolombinas, como esta diosa del maíz y la fecundidad. De acuerdo con la tradición, fue ella la creadora de las tortillas.
Sello con el nombre de Frida, posiblemente un obsequio
En la época de Frida, se estilan estos sellos para firmar documentos de un modo elegante y uniforme. La artista no ocupa el suyo con frecuencia, como se deduce por las muchas veces que prefiere firmar a mano sus documentos. Es probable, entonces, que lo haya recibido como un regalo que, de cualquier manera, guarda con cuidado.
Cuadro de Diego Rivera, El despertador, óleo sobre tela de su etapa cubista, 1914
Durante la década de 1910, Diego Rivera vive en París y entra en contacto con las vanguardias de la época. El muralista trabaja el cubismo por varios años. Esta obra es una de las más significativas dentro de su periodo cubista, pues su cromatismo "a la mexicana" suscita una controversia tal entre la crítica, que Rivera decidirá abandonar este estilo poco tiempo después.
© D.R. Banco de México, fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
Dibujo de Diego Rivera, Retrato de Nahui Olin (Carmen Mondragón), sanguina y carboncillo sobre papel, 1921
Este retrato de la pintora y poeta mexicana Carmen Mondragón, más conocida como Nahui Olin, y pareja del Dr. Atl, da cuenta del estilo particular de Rivera. El muralista suele hacer una interpretación de su modelo, más que ceñirse a la similitud con el personaje retratado.
© D.R. Banco de México, Fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
Escultura en madera que representa a Diego Rivera, autoría del artista Mardonio Magaña
Cuando deja su natal Guanajuato para vivir en la Ciudad de México, Mardonio Magaña comienza a trabajar como conserje en la Escuela de Pintura al Aire Libre en Coyoacán. En sus ratos libres, esculpe en piedra y madera. A sus 55 años, es descubierto por Diego, quien promociona con éxito su trabajo. Hoy las piezas de Mardonio Magaña se encuentran en museos internacionales. Probablemente en agradecimiento, el escultor le talla a Rivera esta expresiva figura.
Medicinas varias
A lo largo de su vida, y especialmente después de cada una de las más de veinte cirugías a las que tiene que someterse, Frida debe tomar una gran variedad de analgésicos, antibióticos y complementos alimenticios. Estos envases dan cuenta de la farmacología ligada a sus padecimientos.
Maquillaje de Frida: lápices labiales, barnices y limas de uñas, delineador de ojos, rubor
A pesar de su precaria salud, Frida procura verse siempre atractiva. Su color preferido para manos y rostro es el rojo, como demuestran los barnices y lápices labiales que usa.
Judas de Frida, pieza elaborada en cartón y alambre
Este es el único judas de nuestra colección que tiene un nombre escrito: Frida. La figura luce una ceja unida y un collar como los que usa la pintora. Además, tiene la pierna derecha más corta, a semejanza de la artista. Es probable que Frida haya intervenido esta pieza para acentuar la similitud.
Carpetas de documentos, decoradas con ilustraciones populares
Con rigor y creatividad, Frida organiza en estas carpetas los documentos de Diego y de la casa. Según el tema -amigos, trabajo, asuntos varios-, la pintora recorta ilustraciones de las cartas de la lotería o de postales de la época para para con ellas decorar los lomos de cada archivo. Gracias a estos originales registros, hoy conocemos mejor la vida profesional y personal de ambos artistas.
Exvoto que narra el accidente de una carreta, con San Nicolás Tolentino a la derecha, ayudando a los afectados
La colección de exvotos de Frida y Diego se conforma por más de 450 piezas y está considerada como una de las más completas del país. En la mayoría de estos retablos populares se agradece haber salido con vida de alguna enfermedad, infortunio o accidente, como en este caso se lee:
“Doy gracias a Dios Ntro. Sr. que por intersecion [sic] de [ilegible] Sn. Nicolás de Tolentino nos salvó la vida a Jesús García, Antonio Ávila y Benito, pues se voltió [sic] el carro con todo y mulas [ilegible] y sucedió en el mes de Nar 1934, La Barca, julio de 1936. Jesús García”
Es muy probable que la pintora se identifique con estas imágenes, equiparándolas a su propia vida.
Exvoto que narra el ataque de un hombre a una mujer en cama. A la izquierda aparece la Virgen de Talpa
Los exvotos que Frida colecciona están realizados entre 1842 y 1934. La mayoría está pintada sobre láminas de metal. La pintora se inclina por los que narran accidentes con vehículos, o aquellos en los que aparecen camas, mujeres y animales. En este caso el texto de la cartela dice: “Doy gracias a la Santísima Virgen de Talpa por el milagro que me hizo de haberme salvado la vida el día 3 de octubre de 1934. M Aragón, Guadalajara, octubre 3 de 1934”.
La composición de este exvoto es reconocible en la obra de Frida
Unos cuantos piquetitos. La perspectiva casi plana de la imagen contrasta con la atrocidad del tema.
Fotografía de la Casa Azul, realizada por Gisèle Freund, Exvotos en la Casa Azul, Coyoacán,Ciudad de México, 1951
Imágenes como esta, que conforman nuestro acervo fotográfico, demuestran que hoy como ayer los exvotos, el arte popular y el mobiliario típico mexicano han sido los grandes protagonistas de la estética dentro de la Casa Azul.
Archivo Diego Rivera y Frida Kahlo.
Banco de México, fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
Fotografía Frida Kahlo y Diego Rivera en la casa Azul, (c. 1952)
A Frida y a Diego les gusta ser fotografiados por artistas que, generalmente, son también amigos. Gracias a esto, en el acervo del Museo guardamos emblemáticas fotografías como esta, donde la pareja posa con orgullo en la Casa Azul.
Archivo Diego Rivera y Frida Kahlo.
Banco de México, fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
Frida Kahlo y Diego Rivera el día de su boda (agosto 21, 1929)
Frida y Diego se casan en 1929. La artista narra que, para la ocasión, pide el vestido prestado a la muchacha que asiste en las labores de su casa. En esta fotografía, seria y fumando, Frida luce determinada al lado de su marido.
Archivo Diego Rivera y Frida Kahlo.
Banco de México, fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
Boceto para la obra de Frida El abrazo de amor de El universo, la tierra (México), yo, Diego y el señor Xólotl, (1949)
Frida suele planear los trazos y los conceptos de sus pinturas en bocetos. Este es un ejemplo. El dibujo es base para una de sus obras más complejas:
El abrazo de amor de El universo, la tierra (México), yo, Diego y el señor Xólotl. © D.R. Banco de México, fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
Pasaporte de Frida Kahlo, 1938
Debido a su condición física, para Frida viajar es incómodo. Sin embargo, tiene que hacerlo cuando expone en el extranjero, como en el caso de las muestras en Nueva York y París. Para llegar a estas ciudades. Frida hace la travesía en barco. Su carácter decidido y su interés por el arte la hacen sobrellevar estos obstáculos con determinación.
Archivo Diego Rivera y Frida Kahlo. Banco de México, fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
Pieza del mes | Febrero
En el comedor de la Casa Azul tenemos una vajilla de cerámica proveniente de Tzintzuntzan, Michoacán que perteneció a Frida y Diego. Dicho conjunto está integrado por tazas, ensaladeras, platos hondos y planos. Un plato en específico representa a una pareja que podría ser el matrimonio Kahlo-Rivera.
Los artistas contrajeron matrimonio en 1929. Utilizaban objetos de la vida cotidiana hechos por manos mexicanas, tales como mobiliario, vajillas, mantelería y trastes de cocina. También, coleccionaban piezas artísticas; esta fascinación por lo mexicano se conectaba con su pensamiento nacionalista.
Colección Museo Frida Kahlo - Casa Azul. ©️ D.R. Banco de México, fiduciario en el Fideicomiso relativo a los Museos Diego Rivera y Frida Kahlo.